Podríamos definir la procrastinación como posponer un deber, o quitar tiempo a una obligación para destinarlo a otra. En definitiva, el arte de dejar para mañana lo que se debería haber resuelto hoy.
Procrastinar es postergar o evitar un trabajo que debería hacerse.
A pesar de no ser siempre conscientes, procrastinar afecta negativamente a nuestra productividad. Y a largo plazo incide negativamente a nuestra autoestima. La no realización de las tareas pendientes hace que nos enfademos con nosotros mismos, y que nuestro autoconcepto (la imagen que tenemos de nosotros mismos) sea negativo ("qué vago/a soy, ni siquiera soy capaz de...").
En un primer momento, lo que podemos sentir al posponer la actividad puede ser alivio, al reducirse la ansiedad de tener que llevarla a cabo. Pero pasado un periodo de tiempo, incluso habiéndola vuelto a posponer, la emoción que aparece es la culpa: "no tenía que haberlo dejado tanto", "ahora me siento mal", etc. Y también las sensaciones de incapacidad y poca responsabilidad.
Causas de la procrastinación
Existen varias causas para este fenómeno:
- Falta de disciplina: dificultades en el manejo del tiempo y la planificación de tareas.
- Problemas con la tarea: Sucede cuando no creemos que es importante llevarla a cabo, o no nos motiva.
- Miedo al fracaso el miedo a equivocarse o fallar genera ansiedad. Malestar que se evita al no iniciar la tarea.
- Miedo al éxito: sucede en las personas que al tener una baja autoestima, no se consideran merecedores de dicho éxito.
- Exceso de optimismo: al organizar la realización de la tarea, se da tendencia a creer que la resolveremos con menor esfuerzo y empleando menor tiempo del necesario ("en diez minutos, ya lo hago, no hace falta que empiece desde ahora...").
Consejos para ayudarte con la procrastinación
Existen una serie de pasos que pueden ayudarte a no seguir posponiendo ciertas tareas y por tanto a evitar el desgaste de tu autoestima:
- En el caso de que la motivación no sea interna, es decir, que no creas que sea relevante o importante realizarla, prométete un refuerzo positivo una vez que la hayas completado. Ejemplo: un descanso, una actividad de ocio, etc.
- Regla de los 5 minutos: empieza obligándote a realizarla durante al menos 5 minutos. De esta manera es probable que rompa el hielo y se mantenga en su realización pasados los mismos.
- Comprométete con alguien en su realización. El compromiso empuja a la realización.
- Redefine la forma en que te planteas tus tareas. Reformula los enunciados: tengo que, debo, estoy obligado a… son enunciados que provocan rechazo. Es mejor utilizar frases tipo: "hoy haré", "estaría bien que hoy haga",...
- Visualízate realizando la tarea. El problema no es finalizar, sino iniciar la tarea.
- Divide en pequeñas etapas las tareas. Esta división, permite que te puedas ir premiando en la consecución de las mismas, y la motivación para seguir se mantenga, o incluso aumente.
- Refuerza tu esfuerzo al iniciar la tarea. Tus pequeños avances, y no sólo la consecución del objetivo final. Este objetivo a veces se pospone mucho a nivel temporal, y por tanto acaba desmotivándonos.
- Enfoca tus emociones a largo plazo y no en cómo te sientes por no hacer algo. Pon tus pensamientos en cómo te sentirás al terminar lo que haces.
¿Cómo te sientes cuándo te has liberado de las cosas que posponías y tenías pendientes?
En general, las emociones que se originan son opuestas a cuando las tareas se posponen. Es decir, llegamos a sentirnos satisfechos con nosotros mismos, contentos con nuestra actuación, capaces, etc. estas emociones inciden de manera positiva en nuestro autoconcepto ayudándonos a tener una autoestima más sana.
Procrastinar no es una característica irreversible, es un hábito que hemos adquirido y del que desconocemos sus consecuencias negativas en nuestra manera de vernos. A través del entrenamiento seremos capaces de modificar dicha conducta y de gestionar nuestro tiempo de una manera más eficaz, productiva y satisfactoria.
Como psicóloga en Bilbao puedo darte más información sobre la procrastinación y ofrecer terapias para problemas relacionados como ansiedad, miedos, etc.